Dr. Roberto Enrique Pérez Herrera, médico internista del Hospital María Auxiliadora, investigador reconocido en temas de VIH, Vitiligo y Broncopulmonar, candidato a Director de dicho centro hospitalario, pero...quiso denunciar la inmoralidad de la mafia fujimontesinista en ese hospital y en otros lugares en su función de galeno responsable y honesto, resultado desaparecido,un 28 de marzo de 1998, vilipendiado por las autoridades , dirigidas por Villanueva Ruesta, Dianderas, Cubillas y una lamentable casta de malos jueces, encima con una prensa feroz en contra y regimentada por el Gobierno de la dictadura. Al desaperecer su hijo tenía 8 meses de edad, dejándolo en la más inhumana orfandad, porque las autoridades del centro hospitalario "lo declararon excedente" con aval del que era Viceministro , hoy "sabio" Congresista Aguinaga, por ende, ni siquiera recibió su sueldo de marzo ,y su familia quedó totalmente desamparada, algo de lesa humanidad, en la administración del Estado. Su madre, fue muriendo lentamente, como muchas madres de desaparecidos, un 17 de febrero del 2010 , al no soportar la pena y el abandono, de la justicia. Pregunto , seguimos esperando resarcimiento, a pesar que se quiere negar lo contrario, el Comité Cruz Roja, Comisión de la Verdad, Defensoria del Pueblo, lo ha ratificado como desaprecido, encima yo, su único hermano, me despidieron del Ministerio de Educación,a los pocos días de haberse producido tan infausto suceso, de una manera tremendamente acelerada, a luces, orquestada, desde "arriba", dejándonos sin ningún sostén económico. PREGUNTO ¿ Si somos miles de familias esperando justicia, como es posible, siquiera, imaginar se esté orquestando un INDULTO, al terrible ejecutor y cerebro de esta barbarie , Alberto Fujimori?¿Saben por ventura los profanos políticos de siempre, lo que es perder la vida de un hijo, de un hermano , sin saber siquiera que fue de él?¿ SABEN LO QUE SE SUFRE DE DOLOR E IMPOTENCIA?, por supuesto que NO, en todos los tamaños e idisomas.
Presidente Ollanta, liberar a FUJIMORI, resuelve de repente una temporalidad o eventualidad política, logra aplausos de felones, genocidas y bárbaros, pero destroza para siempre, la creencia de la población, del ciudadano que confía en su país y de las generaciones que vienen, en su ESTADO, en sus autoridades, santifica ortodoxamente, la impunidad sin límites, el asesinato en masa, las desapariciones de odio, la masacre de justos e inocentes, en otras palabras, marca para siempre el futuro de un país , que debe regirse por la JUSTICIA y la IGUALDAD , donde la reconciliación no se inscribe en la facilidad de una decisión apresurada y mediática, sino en el cumplimiento de la LEY, en los derechos , en el ejercicio de la razón y la condición humana.
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