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viernes, 17 de octubre de 2008

PISANDO FUERTE No. 28 : MI VIDA, UN REPASO CORTO, PERO NECESARIO

PISANDO FUERTE No 28
MI VIDA, UN REPASO CORTO, PERO NECESARIO
Por : Marcial Guillermo Pérez Herrera
Hola amistades de las buenas, las que no olvidan, ni te ignoran, pero también de las otras, son actores necesarios, en verdad para entender cada minuto de vida que se presenta imperturbable de 24 horas, que suelen ir muy rápido, conforman los años vuelan, como gaviotas sin descanso en la lontananza, de la mano de un viento, que puede ser bienhechor, desalmado, pero igual, viento que viaja, sin cesar, sin descanso. ¡Ah ¡ me olvidaba de saludar a mis gozosas y gozosos enemigos, (no hago distingos, ni exclusiones).
Saben, que no tengo al frente un espejo, sólo, la lámina del monitor de la computadora, luego de muchas horas de permanecer frente a él, ideando formas, textos, escribiendo mensajes a muchos y muchas, intentando llegar, para poder seguir pensando, en libertad, sobreviviendo con dignidad, comprobando además, que los compañeros de la lucha diaria están escondidos, sea, porque devoran el pequeño espacio que el sistema les permite ocupar, o, porque el techo de sus valentías y creatividades se estrellaron, en el desdén de una sociedad terriblemente consumista y asfixiantemente demandante de status y éxito complaciente.
En fin, al igual que un artista , de a de verás, y, porque eso me siento, modesto, autodidacto, pero, insisto, eso me siento, mientras haya ganas, imaginación y temple , el dibujo debe plasmarse, la función debe continuar y todo aquello, que ha sabido distinguir, lo auténtico de lo depredado, lo elevado, de lo mediocre y entregado a las frivolidades de la suculencia del injusto modelo, que formatea mentes, apacigua ideologías contestatarias, hasta domesticarlas , acobarda a las juventudes de rostro, hasta encubrirlas en un lamentable boceto de caricatura, aprieta hasta el dolor voluntades, buenos deseos y propósitos, hasta convertirlos en chatarras, en productos descartables, pero, vaya esto es asi, allí está incólume, la frase del gran Mariátegui, tan vigente, “La Burguesía quiere del artista un arte que corteje y adule su gusto mediocre”.
Como les decía, no soy Larra frente a un espejo, o Dorian Grey desesperado, menos, el Adonis perturbado por su egocentrismo, o el Heráclito , que contemplando las aguas, afirmó, que nadie se baña dos veces, con la misma agua que corre y fluye , tal vez estatua de sal, al ser acosado por la curiosidad de lo desconocido, todo lo contrario, en diálogo mudo con el Ordenador y sus extremidades, llegué a la conclusión, que debiera repasar lo vivido, escribirlo, no se, si por terapia necesaria, secreto objetivo postergado o simplemente, por compartir con quienes , están, allí, en el ciber espacio, entre anónimos y visibles, entre nombrados y seudónimos,
Y en esa vía, recordé que tuve una infancia extraordinaria, no por gozar precisamente de un buen físico, porque nacidito nomás, casi muero, luego de una intervención quirúrgica a unas funestas hernias sacro inguinales, digo que fue espectacular, hermosa, porque me recibieron los brazos, los alientos, los tiernos besos y caricias, los desvelos, los sabios regaños de dos padres extraordinarios, Guillermo, mi querido progenitor, un obrero, de los buenos, un gigante de la lealtad , la transparencia y el corazón lleno de amor, que seguramente me acompaña desde su grácil y sabio lugar en la inmensidad de las estrellas, y, Herminia, mi madre, la bella de alma , de figura, de ojos encandilados por el cariño, la dedicación y la capacidad para superar las dificultades, estudiosa por cuenta propia, madre sin reservas, ni límites, libre de pensamiento, aguerrida con sus ideas , franca y decididamente luchadora. Junto a ellos, mi querido Roberto, mi hermano, cuando nació lo miraba de reojo, con desconfianza, me le fui acercando y luego, no me quedo un solo espacio de mi corazón , que no lo amara, que no compartiera con el juegos, travesuras, peleas de infantes, risas, lágrimas de las alegrías, de las bromas y de las tristezas, todo al fin, hoy no lo tengo a mi lado, Me lo desaparecieron los cocheros del terror, loas hienas de siempre en un mundo desgastado por la injusticia, la insensibilidad y la más dura de las anomias.
Adolescencia, intensa, juguetona, curiosa, siempre en colegio público, vaya que eran buenos, tan grandes y dilectos, como los profesores que los integraban, hasta ahora los extraño, a muchos de ellos, en especial, a Saravia de Literatura, a Orzeros de Periodismo, al memorioso Vidal, de Historia, a los talentosos Sotomayor de Música, Ames de Teatro, o, cáusticos y cerebrales, como Zavala de Matemáticas, Zamudio de Historia del Perú, Univazo de Anatomía, y, realmente hilarantes y enjundiosos, como Ortiz de Lenguaje, Agüero de Geografía y Actividades Educativas. Todo muy bello, en verdad, una época de los descubrimientos intelectuales, afectivos, de los prematuros desencantos, de las sensibilidades, del saberse libre, de saber de lejos y luego de cerca que había existido muy cerca mío, compañeros de clase que terminaron en las Guerrillas, o que abrazaron, casi con angelical ilusión, muy temprano, la lucha por un mundo nuevo. De verás eso muy calladamente me marcó, me impresiono, me acompañó, para decidir, a los 17 años, comenzar en la política, entre sabor de destete y vigor de atleta, casi a escondidas, me “comí”, mi primera detención, en una Comisaría, por pegar afiches, ¡Imagínense!, o correrme de una horda de adversarios, en otra noche de propaganda.
Luego la Universidad, la Educación, las letras, las polémicas, los debates, los contactos con las jerarquías partidarias, la secretaría general del Comité Distrital , la delegatura consecutiva , por voto amplio y democrático, los primeros golpetazos y decepciones, las traiciones núbiles, pero siempre punzantes, la contradicción constante entre ideal, entrega, militancia, transparencia, versus, oportunismo, ambición, rastrerismo, cortesanía y toda ralea de vicios, que eran el anuncio de lo que vendría, para mi conciencia, y, luego, para la desgracia y la sinrazón de nuestra generación, a la par que generaría de mi posterior alejamiento, como que así fue, y decidí, enrumbar a caminar, a conocer de cerca la tierra, mi tierra, mi país, el ande, a pie, en esmirriadas acémilas , devorando riesgosos y deteriorados caminos.

Estuve de cerca , en la fiesta de la lluvia, saboreando ideología mesiánica , de nuestro ser andino, a valorar "in extenso" la generosidad de sus habitantes, que, cual cristos, compartían su alimento conmigo, ofreciéndome sus modestas cobijas, para reparar el cansancio, con una solidaridad increíble. Con ellos luché, adoctriné a los indiferentes o indecisos, a luchar por sus derechos, por lo que les correspondía, la tierra Nostra de cada DIA, el agua, la vida, como naturaleza y razón de ser de su humanidad. Vaya, que satisfacciones, aire puro, olor inolvidable a retama fresca, tierra divina, sonrisas de quienes iban asumiendo su rol reivindicador histórico y exquisitamente disfrutando, manos curtidas, estrechando las manos de quienes ilusionados, jóvenes, creyentes en el cambio y algo audaces, plasmando la razón de ser de nuestra carrera profesional, al lado de los que deberíamos estar, las mayorías, el pueblo, el campesinado, los hombres y mujeres más importantes de nuestro país. Por supuesto, no todo fue “festivo”, utópico, los esbirros y sátrapas agrarios, me quisieron matar más de una vez, pero nada amigos, allí seguí hasta que la historia de vaivén y péndulo nacional, cobró su venganza y nos hundió, durante más de 15 años, en la guerra interna más cruel y aún no conocida en sus espantos, del presente siglo.
Sin embargo, no tuve tiempo de bajar la guardia, opté por la “independencia partidaria”, pero fortalecí mi identificación política y social , con las causas del pueblo, de las mayorías, casi en silencio, pero con muchas horas de dedicación, enseñando en Colegios Secundarios , Universidades, en las aulas del sector público, donde me ganaba el sustento diario, me uní para siempre con mi mujer y compañera, siempre polémica, grata, pero muy dulce, que hizo tan lógico tener a nuestro Hijo, perder por la sinrazón biológica a dos más, antes de que nacieran, murieran hasta hacerse angelitos míticos o tiernas hojas que recorren los vientos del norte y del sur.
El reloj de los destinos, me puso en el mundo sindical, inédito para mi, pero realmente , como todo, en esta vorágine de años, lo disfruté, me dio bienaventuranzas y realizaciones , a pesar, que estábamos en plena guerra no declarada, entre violencias , que pareciera , aun hoy, (me asustan, mas de la cuenta), obedecen a una injusticia ancestral, no resuelta, siempre latente, respuesta inconsciente, pero feroz, a siglos de autocracia, abuso y despotismo, sin disculpar el talento del incario o el avallasamiento pirata, pero ilustrado, del occidente europeo.
He pasado, por fortalecer mi sentido de autoestudio, ni tiempo, ni dinero tuve para perfeccionamientos, pero , a pulso, pues dejé la maquina de escribir mecánica por la computadora, el papel para escribir cartas, por el teclado, el monitor para digitarlas y lo que considero un portento rimar, redactar, sentir y comunicar, con quien quiera, a donde quiera y en fracciones de segundos, ¡SALVE INTERNET, CUANTOS BATALLAMOS, COMBATIMOS Y REDIMIMOS EN TU NOMBRE!
Demás está decir, que mi temperamento, extraña composición de gregario con solitario, extrovertido autoafirmado con tímido gondolante, sensible empedernido con aparente indiferente, me ha hecho difícil hacerme de consentidores /as amigos/as, encima de mi no declarada, poco convincente vocación anarco provocadora, adornada con una fuerte y elevada voz, aunque les confieso, suelo ser susurrante, casi estereofónico de bajos decibeles, cuando de amar intensamente, se trata.
Contarles, que toda mi vida laboral, ha girado en torno a enfrentarme a las odiosas incapacidades o a los estertores bufonescos, de muchos gonfaloneros del poder írrito, que da un cargo eventual, mal entendido. No he sido nunca simpático a estos personajes, lo que indudablemente, me ha provocado más de un ingrato desazón, cuando no, inestabilidades laborales nunca justificadas. Sin embargo, jamás me pudieron nublar las ideas , ni el legítimo derecho a pensar, opinar o construir raciocinios, por ello, estoy con ustedes, con dificultades para el sustento, con famélicas monedas en el bolsillo, cuando las hay, pero digno, libre, dispuesto a seguir haciendo camino, salvo por decisión biológica irreversible, tercamente desposeído materialmente, pero tesoneramente enriquecido con la voluntad de existir, para ver en algún despertar , en algún insomnio capturado por el ejercicio racional, la justicia necesaria para hacer justificada la raza humana, la igualdad sin restricciones serviles, la solidaridad como respiración diaria, como razón de ser de quienes poblamos esta pequeña estrella del cosmos interminable, el respeto sin concesiones a las diferencias, a las diversidades, a las debilidades; la lógica de una Conciencia Global, que haga de cada micra de nuestro planeta el mayor de los templos de conservación, de cada molécula de aire o gota de agua un tesoro sin medida; el convencimiento, que no es el lucro y el afán de competencia egoísta y suicida, los factores de la felicidad, sino, por el contrario, el compartir, distribuir con equilibrio y fortalecer la convivencia sus más reconocidos y comprobados hacedores de nuevos y mejores amaneceres de la especie viva a la cual pertenecemos.
En serio, que les agradezco, por permitirme escribir estas cuartillas, algo desahogantes, medio irrelevantes e iconoclastas, pero salidas de las fibras que me quedan. Les prometo, que el los próximos capítulos lo haré mejor, Que la pasen bien, y, ¡no se porten mal…! y, si lo hacen, ¡AVISAN!

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