El juez autoriza a la compañía, declarada en quiebra, a usar los 33.300 millones de dólares prestados por el Gobierno de Obama
Cortesía :EFE / ELPAÍS.com
Avanza el plan de rescate de General Motors. El Tribunal de Quiebras de Nueva York ha comunicado que autoriza a la empresa a utilizar los 33.300 millones de dólares prestados por el Gobierno estadounidense para que siga a flote tras declararse en suspensión de pagos. El juez Robert Gerber ya había autorizado de forma provisional la utilización de la mitad de ese dinero, pero la decisión de hoy supone un paso fundamental para que GM salga de la quiebra.
La crisis de GM marca el fin de una era en el automóvil
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General Motors, una de las grandes compañías del planeta, se vio forzada a declarar el pasado 1 de junio la mayor suspensión de pagos en la historia industrial de EE UU. Tras cuatro meses de contactos entre el fabricante de Detroit y Washington, GM, que cuenta con 230.000 empleados en todo el mundo y fabrica más de 20.000 coches cada día, se declaró en quiebra para sobrevivir en un mercado muy diferente al que ha dominado durante 77 años y en el que ya no hay sitio para unos coches que han pasado a la historia por consumir ingentes cantidades de gasolina.
En poco menos de un mes, caía el segundo símbolo de la supremacía estadounidense en un sector, el del automóvil, tras la debacle previa de Chrysler. Ante esta situación, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tomó la decisión de intervenir General Motors porque haber permitido su "colapso habría sido devastador" para la economía del país y para millones de estadounidenses. El líder estadounidense explicó que se trataba de una situación "heredada" de la anterior Administración y auguró una compañía más "sólida" y "competitiva" para el futuro.
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