PISANDO FUERTE No 45
¿SE PUEDE HACER POLÍTICA SIN PARTIDO?
Por: Marcial Guillermo Pérez Herrera
Hace unos días, se me acercó un colega que participa conmigo en una consultoría de carácter social y me dijo sin mayores dilaciones, “bueno compañero ya debe dejar de estar solo en el mundo e inscribirse a un partido político…y aquí…le dejo una ficha del mío...en el cual será bienvenido”. En principio, claro está, me sorprendió su agudeza, casi mandato deduciendo libremente (en su caso), que estaba , poco menos, que envejeciendo, sin tener la posibilidad de compartir un camino, donde el agrupamiento, la opción de decidir por otros y la buena senda de “hacer algo por el país y la gente”, me estaba siendo hostil, por ello había llegado mi hora, de dejar este “celibato partidario” y pasar a las aguerridas filas del matrimonio “political party”, “parti politique”..De verdad, me sorprendió, y, dejó algo sorprendido tan locuaz y directa invitación, lo cual me hacía suponer de sus buenos deseos para conmigo, al verme tan “desamparado” de compañía tan selecta, que me permitiría junto a muchos, llegar a tocar las fibras más sensibles de la organización para el poder, en la vocación de servicio a los demás.Allí tengo la ficha entregada en alguna oportunidad y me ha llevado, no sólo a revisar pasados personales, colectivos, remembranzas, aciertos y errores, triunfos (pocos) y derrotas en el campo de la competencia o ¿confrontación? por escenarios de gobierno, sino además a escribir estas pequeñas líneas que comparto con ustedes, que son mi gran territorio, gigante diría, de intercambio de ideas, temperancias, arrebatos o simplemente recreación noticiosa.Lo primero, aprovechando de las ventajas de la información, me permití repasar definiciones de política y encontré un menú condensado en el Curso de Ciencias Políticas de ord en virtual que dicta de Dick Lester Núñez Duarte y de el tomo esta sistematización:La política como control sobre personas y recursos: “Sería político todo fenómeno vinculado a formas de poder o de dominio sobre los demás (Maquiavelo, Lasswell, Dahl), imponiéndoles conductas que no serían espontáneamente adoptadas”La política como actividad desarrollada a través de un sistema de instituciones públicas: “Sería política toda actividad inserta en instituciones estables -básicamente, el estado-, autorizadas para ejercer una coacción sobre la comunidad “(Weber).La política como actividad dirigida por valores y equilibrio social: “Sería política toda actividad encaminada al fomento del bien común o del interés general, mediante la redistribución de valores “(Aristóteles, Tomás de Aquino, Locke, Parsons, Easton).La política como actividad vinculada a la defensa de la comunidad contra una amenaza exterior: “La preparación para la guerra y la organización militar -con sus exigencias de jerarquía, disciplina, recursos fiscales y coacción- estarían en el origen de la actividad política (Spencer, Gumplowicz). Este punto de vista ha influido también en una concepción de la política interna, que la entiende como lucha permanente «nosotros-ellos», basada en la distinción «amigo-enemigo»” (Schmidt).
Como verán hay complementariedad, sucesiones, mucho en común pero allí tienen una necesaria reflexión de la originalidad del concepto. Si nos inclinamos por la clásica de Aristóteles “ el hombre es un animal político” inducimos que el ser humano es político por sí mismo, de modo que el conocimiento de la ciencia del poder político, no hace otra cosa más que poner al descubierto de desarrollar cualidades ya existentes en él.
Al hacer la introspección personal, concluía que en mi la vida diaria desde hace mucho años y al calor de este manto conceptual, venía haciendo política, tal vez, renunciando a la administración gubernamental estatal, a los placeres del control, pero, satisfecho de ejercer la pedagogía de los derechos, la ética, la construcción de estructuras sociales con fibra participativa, el decoro austero en la vida diaria, las autocríticas permanentes respecto a los roles a desempeñar en los tejidos humanos y muchas otras apostillas de pensamiento vívido y permanente , enjuagados en la realidad del quehacer y sentir de las personas y sus respetuosas y respetadas capacidades, para sentir, creer e incluirse.
Aparentemente estoy respondiendo a mi disidencia voluntaria y no bien vista, por algunos, de la “vida partidaria”, por ello, consciente de mis ignorancias o aparentes olvidos, consulté ¿y que es un partido político?, de repente el no tenerlo claro me alejaba de oportunidades de intervenir con éxito y eficiencia en estas paradojas y me remitía a un foro virtual, que sin ser “el rincón del vago”, aterriza estas muletillas conceptuales y recogí las siguientes respuestas:Partidos políticos son: “unidades organizativas a las que se les reconoce el derecho de participar en un proceso de elección política por medio de la presentación de candidatos y programas de acción o gobierno. Así como de proveer de funcionarios en cargos de confianza política o que requieran una decisión política antes que una técnica. No son órganos del Estado ni han sido configurados por los votantes, ni representan la voluntad general por lo que no son competentes para destituir de sus cargos a los representantes que en efecto habían sido elegidos por los ciudadanos, aunque se permite que los partidos presenten a sus candidatos a los electores como propios”…como diría Hildebrandt, parafraseando a un mordaz antecesor ¡Uyuyuyyyyy!... ¡no me convence mucho!
Vamos por otra:Partidos políticos son : “Partidos políticos son organizaciones que se caracterizan por su singularidad, de base personal y relevancia constitucional, creadas con el fin de contribuir de una forma democrática a la determinación de la política nacional y a la formación y orientación de la voluntad de los ciudadanos, así como a promover su participación en las instituciones representativas mediante la formulación de programas, la presentación y apoyo de candidatos en las correspondientes elecciones, y la realización de cualquier otra actividad necesaria para el cumplimiento de sus fines. Su principal tendencia es durar y consolidarse, y su final idad última y legítima es obtener el poder mediante el apoyo popular manifestado en las urnas.”. No se si está me gusta o tal vez a ustedes si, pero, francamente, no me llegan a seducir, como para cambiar mis “aletargamientos partidarios” por “fogosidades” activistas, pero las respeto, aunque no hay mucho pan por rebanar.
Quizás, me he vuelto a introspectar, sufro el trauma del “ahogamiento” mediático, o el “síndrome de antifolklore partidario”, agravado en los últimos años por las experiencias vividas en el seno de la criollaza política nacional e incluso la de muchísimas y variadas diversidades latinoamericanas y mundiales.
Las una y mil mentiras adocenadas, los dobles discursos, la falta de transparencia, la dualidad astutamente utilizada de “lo privado y lo público”, hasta desmadrar de las propias obligaciones con el ser de los demás, incluyendo los más cercanos y afables (Alan y su “mujer de altas cualidades” en vivo y en directo con su esposa de fantoche mediático, Fujimori y la abierta represión física y psicológica a su esposa Susana Higuchi; Toledo y la hija negada, parlamentarios de todos los colores y sabores ahorcando en público sus paternidades y obligaciones ante rostros sufridos y suplicantes de hijos, hijas y parejas y etc. etc. etc. etc., aquí no se escapa ni el Monseñor Lugo, Menen, Clinton, el Reverendo Jackson , Berlusconi, Sarkozy, y seguro, que también muchos de los que se encubren en sistemas de gobierno cerrado, imperial y entre cuatro paredes).
Estimo, que la ficha de inscripción al ofertón partidario, seguirá durmiendo el sueño plácido del relax anti insomnio, la cómoda camilla del masaje o la súper y más cómoda hamaca norteña por un “long, long time”, sobre todo porque la ecuación aristotélica del : “Si gobierna una sola persona: monarquía, Si gobiernan pocas personas: aristocracia Si gobiernan muchas personas: democracia” están entre cha muscados papeles constitucionales, dispares escritos y tratados, bipolaridades que ya son enfermizas, en las mentes de muchos los que escriben y profesan las lides partidarias. Quizás muchos caminos mejoren en la construcción de nuevas formas de convivencia, se superen por presión de los retos globales y desgracias universales, pensamientos anquilosados y estacionados con dolor en el tiempo, con lo cual, me enrolaría sin pensarlo dos veces, aun cuando, la decrepitud haya ganado las fibras de mis células y saberes, aun cuando estoy convencido que en procesos de cambio y superación cualitativa se va más allá de los tiempos biológicos. Mientras seguimos en convencer que hay que unirnos para avanzar, aun cuando me respondan con “pedradas” de intransigencia, que debemos aprender a superar lo individual en beneficio de los intereses masivos, que más vale adobe por adobe, que gigante de cemento, rápido, cuasi eficiente y poderoso, hecho polvo por la soberbia babeliana y las fiebres autorita rias. Se que muchos, me incluyo, ya nos toca la puerta los afanes jubilatorios, el “que será de mi” , pues sabemos lo que cuesta denostar de “los lucros presentistas”, de los “señores feudales sin castillo” y de toda ralea de gigantillos de papel y barro diezmado, pero, el vendaval de las juventudes escritas en el tiempo, siempre apostarán por pensamiento y acción “face to face”, presencia y trascendencia, honradez de palabra , actitud y movimiento, educación a raudales en cada acto, en cada momento del vivir, ejemplos a seguir para un buen futuro antes que “poses” veniales y mediáticas, que apuestan a destrozar las sensibilidades del buen hacer, la tolerancia y la asunción de las calidades humanas, que aún siendo imperfectas son lo mejor que nos ha podido y debe pasar.
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