PISANDO FUERTE No.23: Comenzar de Nuevo
Por : Marcial Guillermo Pérez Herrera
Hola amigos, amigas y siempre gratuitos enemigos. Terminando esta semana, a tropezones, casi con olor y sabor a caos ordenado, paradoja de los tiempos.Volví a encontrar actitudes y parajes humanos que ya me son conocidos, cual eterno retorno, ¿mi edad que avanzó? ¿Saborcillo a desazón?, tal vez, pero, insisto la misma película, el mismo péndulo, soberbias nacidas de la gracia de un escritorio o encargo fortuito, acomodos a la situación, “primero yo”, “segundo yo” y al ultimo “también yo”, lo demás y los demás no importan, lo importante es salir pies en polvorosa, al tacho ideales, planes comunes aspiraciones. Halcones y palomas, en este ámbito de inquietudes racionales y desplazamientos físicos, sin cesar, en calles y plazas, meditantes, derrotados, vencedores de ocasión y de batallas, sufridos sin esperanza, nacientes con proyecto, ocasionales amigos, tal vez, para salvar maderos comunes en pleno naufragio, risas , muchas de autentica y rica desfachatez y relajo, otras, que no son pocas, nerviosas, vacilantes, encaretando el alma, disfrazando procesiones de angustia, pero en general y la mayoría intentando apreciar las gracias de un nuevo amanecer.
Estoy terminando una etapa, que no sólo es laboral, creo que es existencialmente, potencial y casi mágica, aunque en este pasaje , haya oscuridades e incertidumbres, algo , por cierto, muy común cuando vienen los cambios, las crisis, el cuadrilátero del Eros y el Tanatos, que hace de estos vitales escenarios, encuentros de pronóstico reservado . Soy planificador, tecnocráticamente hablando, pero no pude planificar este presente y mucho menos puedo apostar a otear el futuro.
Claro está, que aprendí y sigo aprendiendo, conociendo más y más a la esencia humana, una de sus hojas por ser muy joven, altiva y enhiesta, otra por ser madura, prudente, sosegada y con más cálculo, para adentrarse en lo recóndito , solitario y expectante del porvenir. En pequeños territorios de intercambio de efluvios, palabras, sentimientos y pasiones de hombres y mujeres, identifico, la historia misma del mortal viviente. Temor, angustia, frustración, rencor sin explicaciones, ocultamiento ingrato de deseos y apetitos, acoso de los sueños, al encontrar la verdad, indiferencias tramadas y caracterizadas, cual gran teatro de bambalinas y arlequines, desfilan cual comparsa carnavalesca, por las anchurosas vías del destino, del minuto a minuto, del día a día , sin cesar, y, en muchos casos, me sorprenden , me hieren, aunque, reitero, me convierten, aun en mis años recorridos, en lecciones duras, a lo magíster dixit, o “la letra con sangre entra”, devoción escolástica rígida , vertical y non santa , pero enseñanza, al fin, de esas, que no siendo nacidas del numen democrática, interactivo y participatorio, quedan selladas en el lóbulo más apreciado de nuestra nomenclatura mental y en la urna más profunda de nuestro físico y etéreo, casi poético, corazón.
Son estos los hitos temporales, que te obligan, así uno no lo quiera, a pensar, más de la cuenta, a evocar,a remembrar, añorar, recordar, fantasear con el ayer, que te hacen, bien, en serio, es bálsamo puro, bueno para el dolor de derrotas de coyuntura, de esas, del partidito de fulbito, que perdíamos en nuestro barrio (léase, nuestro hábitat popular, donde nacemos, jugamos, nos enamoramos y a veces , nos asentamos para siempre, como un pedazo de tierra en movimiento). En esta dinámica del ser, del relatividad del hacer, te sientes animado a levantar el teléfono, llamar, entre esperanzado y temeroso, para oír voces que te parezcan amigas, gastar minutos de esa nueva monserga de la comunicación, llamado teléfono celular y te regodeas riendo, quisieras que todos te escucharán, que tienes que salir, a través de la magnitud, de la onda espacial, invisible al visible territorio de oídos que te escuchan curiosos, sorprendidos, desconcertados, ¿pero como puede estar alegre, cuando a estas alturas debiera estar haciendo el yo pecador, de la somnolencia y el olvido?.Pues eso, al diablo, con que me falta crédito, es tu vida compañero, que te acusen los y las ordenadores y ordenadoras, de los hechos del vivir, arrimados a areópagos que sólo existen en sus flácidos parietales, de poco serio en tu desempeño como mortal.Por supuesto que no me tiraré al rio de las desavenencias y negligencias hurañas, ni tampoco, haré del hoy, el último, de mi pase por esta tierra, sino, tal vez quiero, que sea el mejor , pero, lo que si estoy seguro, que debo mostrarle los dientes al canibal, asentar los pasos firmes y cuidadosos, al lodo oculto, apretar la mano firme, sin temblores, a felones, catones y traidores de hora nona, corazón hinchado de ganas, a las ventiscas lóbregas del desaliento.
Claro que debo comenzar de nuevo, no va a ser fácil, pero, saben, es ese el desafío, en esta etapa de mi eventual presencia terrena. Somos una cápsula llamada globo terráqueo, que diariamente ingerimos, para no morirnos, aunque en cada ingestión, nos vayamos quitando un pedacillo de lo que somos, en músculo y esqueleto y agua. Apostamos a decirlo todo, a apostar de todo y a poco ganar como apuesta de un colectivo, entre concreto y divino (fuimos hechos a imagen de Dios ¡imagínense!), sino, ¿porqué millones de pobres , desfallecientes, cayendo de hambre y abandono?, y, ¿Por qué, y soy corajudamente repetitivo, se vuelven obesas, cuentas de papel verde, con el sello del tío SAM, exhibiendo cual sepulturas, ostentadas cifras, sin que haya explicación, para quien no verá más la luz del día?. Cobra fuerza, el aforismo, “la verdad no necesita defensores, ella es, se hace y se defiende sola”, de nada vale asfixiarla con el glamour estupidizante de periodismos subalternos, poco también pueden hacer los esbirros cortesanos o los bufones del poder, hecho con deleznables materiales de impudicia o aquellos, que en nombre de sus particulares concupiscencias y ambiciones, pretender ser ocasionales representantes de una moral que no practican y de una ética, que destrozan.
Como dice el nuevo lenguaje de las calles, de las tonadas creadas por la delincuencia hoy convertidas en paradigma del que más y del que menos, que vende , y acompaña las largas noches de opio y cocaína, ¡ Ta..que da miedo cuñao…! Y no dejan de tener su contenido, pero, ese es el cuatrotablas , donde hay que actuar. Por encima de los buenos y los malos de la película, de los bondadosos de libro y los desdeñosos de telenovela ramplona, en eso estamos y por allí, hay que transcurrir, deviniendo, desbrozando, optando, apostando, levantando, cayendo, gritando, callando, amando, saciando, agotando, y, por supuesto, junto al soñando como expresión legítima de nuestra conciencia y el súper yo, que nos delinea, pensando sin cesar, ejerciendo el derecho jamás arrancado por los gonfaloneros de toda historia y hienas sociales de diferente hocico, a decir lo que nuestras fibras nos ordenan, sin ataduras, sin eventuales y enanos, valorativamente dicho, dictadorcillos del papel y el sello, con entrega, cual permanente encuentro con el placer del segundo, hasta, seguramente caer , denodado, agotado, mas , siempre satisfecho.
Si pues, begin to begin, un nuevo elan ha comenzado, amparado por nuevas luces , acechado por furtivos nubarrones, disfrazados de luceros , pero el nuevo comienzo, el agua que fluye, pero, no la misma, va frenética en su cauce…¡Bienvenida sea…!
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Hola amigos, amigas y siempre gratuitos enemigos. Terminando esta semana, a tropezones, casi con olor y sabor a caos ordenado, paradoja de los tiempos.Volví a encontrar actitudes y parajes humanos que ya me son conocidos, cual eterno retorno, ¿mi edad que avanzó? ¿Saborcillo a desazón?, tal vez, pero, insisto la misma película, el mismo péndulo, soberbias nacidas de la gracia de un escritorio o encargo fortuito, acomodos a la situación, “primero yo”, “segundo yo” y al ultimo “también yo”, lo demás y los demás no importan, lo importante es salir pies en polvorosa, al tacho ideales, planes comunes aspiraciones. Halcones y palomas, en este ámbito de inquietudes racionales y desplazamientos físicos, sin cesar, en calles y plazas, meditantes, derrotados, vencedores de ocasión y de batallas, sufridos sin esperanza, nacientes con proyecto, ocasionales amigos, tal vez, para salvar maderos comunes en pleno naufragio, risas , muchas de autentica y rica desfachatez y relajo, otras, que no son pocas, nerviosas, vacilantes, encaretando el alma, disfrazando procesiones de angustia, pero en general y la mayoría intentando apreciar las gracias de un nuevo amanecer.Estoy terminando una etapa, que no sólo es laboral, creo que es existencialmente, potencial y casi mágica, aunque en este pasaje , haya oscuridades e incertidumbres, algo , por cierto, muy común cuando vienen los cambios, las crisis, el cuadrilátero del Eros y el Tanatos, que hace de estos vitales escenarios, encuentros de pronóstico reservado . Soy planificador, tecnocráticamente hablando, pero no pude planificar este presente y mucho menos puedo apostar a otear el futuro.
Claro está, que aprendí y sigo aprendiendo, conociendo más y más a la esencia humana, una de sus hojas por ser muy joven, altiva y enhiesta, otra por ser madura, prudente, sosegada y con más cálculo, para adentrarse en lo recóndito , solitario y expectante del porvenir. En pequeños territorios de intercambio de efluvios, palabras, sentimientos y pasiones de hombres y mujeres, identifico, la historia misma del mortal viviente. Temor, angustia, frustración, rencor sin explicaciones, ocultamiento ingrato de deseos y apetitos, acoso de los sueños, al encontrar la verdad, indiferencias tramadas y caracterizadas, cual gran teatro de bambalinas y arlequines, desfilan cual comparsa carnavalesca, por las anchurosas vías del destino, del minuto a minuto, del día a día , sin cesar, y, en muchos casos, me sorprenden , me hieren, aunque, reitero, me convierten, aun en mis años recorridos, en lecciones duras, a lo magíster dixit, o “la letra con sangre entra”, devoción escolástica rígida , vertical y non santa , pero enseñanza, al fin, de esas, que no siendo nacidas del numen democrática, interactivo y participatorio, quedan selladas en el lóbulo más apreciado de nuestra nomenclatura mental y en la urna más profunda de nuestro físico y etéreo, casi poético, corazón.
Son estos los hitos temporales, que te obligan, así uno no lo quiera, a pensar, más de la cuenta, a evocar,a remembrar, añorar, recordar, fantasear con el ayer, que te hacen, bien, en serio, es bálsamo puro, bueno para el dolor de derrotas de coyuntura, de esas, del partidito de fulbito, que perdíamos en nuestro barrio (léase, nuestro hábitat popular, donde nacemos, jugamos, nos enamoramos y a veces , nos asentamos para siempre, como un pedazo de tierra en movimiento). En esta dinámica del ser, del relatividad del hacer, te sientes animado a levantar el teléfono, llamar, entre esperanzado y temeroso, para oír voces que te parezcan amigas, gastar minutos de esa nueva monserga de la comunicación, llamado teléfono celular y te regodeas riendo, quisieras que todos te escucharán, que tienes que salir, a través de la magnitud, de la onda espacial, invisible al visible territorio de oídos que te escuchan curiosos, sorprendidos, desconcertados, ¿pero como puede estar alegre, cuando a estas alturas debiera estar haciendo el yo pecador, de la somnolencia y el olvido?.Pues eso, al diablo, con que me falta crédito, es tu vida compañero, que te acusen los y las ordenadores y ordenadoras, de los hechos del vivir, arrimados a areópagos que sólo existen en sus flácidos parietales, de poco serio en tu desempeño como mortal.Por supuesto que no me tiraré al rio de las desavenencias y negligencias hurañas, ni tampoco, haré del hoy, el último, de mi pase por esta tierra, sino, tal vez quiero, que sea el mejor , pero, lo que si estoy seguro, que debo mostrarle los dientes al canibal, asentar los pasos firmes y cuidadosos, al lodo oculto, apretar la mano firme, sin temblores, a felones, catones y traidores de hora nona, corazón hinchado de ganas, a las ventiscas lóbregas del desaliento.
Claro que debo comenzar de nuevo, no va a ser fácil, pero, saben, es ese el desafío, en esta etapa de mi eventual presencia terrena. Somos una cápsula llamada globo terráqueo, que diariamente ingerimos, para no morirnos, aunque en cada ingestión, nos vayamos quitando un pedacillo de lo que somos, en músculo y esqueleto y agua. Apostamos a decirlo todo, a apostar de todo y a poco ganar como apuesta de un colectivo, entre concreto y divino (fuimos hechos a imagen de Dios ¡imagínense!), sino, ¿porqué millones de pobres , desfallecientes, cayendo de hambre y abandono?, y, ¿Por qué, y soy corajudamente repetitivo, se vuelven obesas, cuentas de papel verde, con el sello del tío SAM, exhibiendo cual sepulturas, ostentadas cifras, sin que haya explicación, para quien no verá más la luz del día?. Cobra fuerza, el aforismo, “la verdad no necesita defensores, ella es, se hace y se defiende sola”, de nada vale asfixiarla con el glamour estupidizante de periodismos subalternos, poco también pueden hacer los esbirros cortesanos o los bufones del poder, hecho con deleznables materiales de impudicia o aquellos, que en nombre de sus particulares concupiscencias y ambiciones, pretender ser ocasionales representantes de una moral que no practican y de una ética, que destrozan.
Como dice el nuevo lenguaje de las calles, de las tonadas creadas por la delincuencia hoy convertidas en paradigma del que más y del que menos, que vende , y acompaña las largas noches de opio y cocaína, ¡ Ta..que da miedo cuñao…! Y no dejan de tener su contenido, pero, ese es el cuatrotablas , donde hay que actuar. Por encima de los buenos y los malos de la película, de los bondadosos de libro y los desdeñosos de telenovela ramplona, en eso estamos y por allí, hay que transcurrir, deviniendo, desbrozando, optando, apostando, levantando, cayendo, gritando, callando, amando, saciando, agotando, y, por supuesto, junto al soñando como expresión legítima de nuestra conciencia y el súper yo, que nos delinea, pensando sin cesar, ejerciendo el derecho jamás arrancado por los gonfaloneros de toda historia y hienas sociales de diferente hocico, a decir lo que nuestras fibras nos ordenan, sin ataduras, sin eventuales y enanos, valorativamente dicho, dictadorcillos del papel y el sello, con entrega, cual permanente encuentro con el placer del segundo, hasta, seguramente caer , denodado, agotado, mas , siempre satisfecho.
Si pues, begin to begin, un nuevo elan ha comenzado, amparado por nuevas luces , acechado por furtivos nubarrones, disfrazados de luceros , pero el nuevo comienzo, el agua que fluye, pero, no la misma, va frenética en su cauce…¡Bienvenida sea…!
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