PISANDO FUERTE No.18
LO QUE VEMOS Y VIVIMOS ...
Por : Marcial Guillermo Pérez Herrera
Hola amigos, amigas, y enemigos ( si los tengo). Luego de tertuliar con Francisco, por Chat, en horas nocturnas, fuera de horas de trabajo, (como todo buen, obrero del intelecto, por cuenta propia) , de los vocablos difíciles, diríamos, algo rebuscados, para un talante directo, como es el periodismo, me dispongo a comunicarme con ustedes, pues, como saben, o de repente no, este es el medio por el cual, puedo expresar sentimientos, ideas, razones, o, de repente conceptos, que no están sometidos a censura, “ni controlados”, por fugaces y cuestionados empleadores o por las cortapisas de la ignorancia supina, de los que creen saber, lo que no saben, pero, están convencidos, que allí, reside la verdad absoluta, o, algo peor, la represión sociocultural contra todo aquello, que no expresa los intereses de los globales cortesanismos o subalternas actitudes ante el poder omnímodo e ilimitado de los Virreyes que manejan las esferas de la comunicación masiva. Por ello, agradecido por esta oportunidad hasta donde se puedan, de lo contrario, pasaré a las generosas enseñanzas de la “palabra del mudo”.
Bueno, con las disculpas del caso, por este introito, medio beligerante y biliar, paso a comentar las razones del titulo, que hoy preside el Pisando.
Son tiempos muy especiales, los que acontecen, se siente, se respira, se lee, en cada una de las esquinas de cualquier barrio, colonia, urbe en si de nuestras ciudades, mucha invitación al consumo, coloridas marquesinas, a cada rato y vuelta, expresivas miradas en los afiches luminosos que invaden, nuestra vista e imaginación, cuando viajamos en la faena diaria, sea en un cómodo auto, de alquiler o propio, hasta el mototaxi o algo parecido de nuestras distintas realidades (por ejemplo, el intrépido “motoconcho”dominicano, léase : transporte individual a bordo de una motocicleta), cuando no, a bordo de un lujoso o medianamente conservado trolebús o tren subterráneo. Es un mundo convulsionado por las disputas internacionales, de búsqueda y apropiación de mercados, intenciones de globalizar pensamiento, ideas y costumbres, al gusto de quienes detentan el capital trasnacionalizado, irreverente y violento, depredador de derechos laborales, atosigante en cuanto a presión sobre la vida de la gente y exigente con la espectacular y nunca soñada plusvalía que arrebata a nuestros pueblos, bolsillos y esperanzas. Es la lógica de la batalla ideológica, pero también de hecho, como el caso de IRAK, IRAN, Medio Oriente, Africa, entre otras, una parafernálica mezcla de racialismos armados, guerreros sofisticados, galacticas herramientas para matar sin ser escuchados, pero teñido de machetes desollando cuerpos o fusiles anticuados, barriendo por cientos a inocentes. El resultado, pues más poder acumulado, más sufrimiento de miles sin saber porque, hasta el punto, que la insensibilidad colectiva, sobre estos acontecimientos, se convierte en rezago matutino de algún medio de prensa o la fria costumbre de no percatarse, de nada, de lo que pueda pasar.
Es el momento de los fuertes, de la absoluta creencia, que debes arrasar al contrario, que los millones de pobres que pueblan este orbe, sólo significan, números amarillentos de una jornada estadística o un plausible informe decimonónico de cerebros neoliberales (Claro está muy bien remunerados). Que el narcotráfico es un mal, horrible, que debe combatírsele, pero, sin embargo, crece el número de consumidores de las más diversas y letales drogas, corroe mentes sin distinguir clases sociales, sólo que a unas le da placer inveterado, les disculpa su uso y les justifica sus efectos, y, a otras, las de muy abajo, les taladra el cerebro, destroza sus espíritu y aliena para siempre su existencia.
No estamos hablando de pesimismos inútiles, no, todo lo contrario, yo me considero creyente convencido de un mundo mejor, diferente, realizable, para ello lucho, envejezco y me golpeo, innumerables veces, contra las aspas del molino quijotesco; mas, no debemos cerrar los ojos, antes de iniciar nuevos tiempos, y, en el presente caso ser sincero en escribir lo que sucede. El pacto infame de hablar a media voz, hay que dejarlo a los cobardes, a los que lucran del dolor ajeno y a quienes venden diariamente sus fortalezas, cuando las tienen, y su talento, cuando lo enseñan, a los sórdidos y lóbregos actores del Poder irrelievante y apoltronado que nos gobierna y pretende dictaminar el origen, razón u marcha de nuestras vidas.
Ser un enamorado de la vida, es pelear, asi , pelear con énfasis, por no callar ante la perfidia de quienes traicionan sus promesas, de quienes en nombre de invertir destruyen almas, suelos, tierra, futuro; actuar con la verdad en la mano sin cesar aunque duela, disfrutar de lo bello que es la naturaleza pero bregar sin descanso para que no la destruyan los apóstatas del lucro irracional y vejatorio. Pero, junto con entrar al “cauadrilatero de la palabra”, también ser obra y permanente acción, siendo ejemplo con el ejemplo, “derecho”, como decimos los peruanos, no tambalear cuando hay que sostener una convicción, sobre todo, las que catapultan los sueños y esperanzas de las mayorías; no caer aunque te empujen, en el frivolo vaiven, de lo que te ofrecen, los agresivos patrones de un mundo ficticio, lleno de mágicas figuras de realización personal, egoísta y arrasadora, olvidando que es en la voluntad de creer en el ideal (pobre palabra, tan escupida por los sátrapas, de toda raigambre y hechura), compartir lo material con equidad y justicia, la solidaridad y el buen juicio, lo que , finalmente, nos hace dignos e imperecederos en el tiempo y en el espacio, categorías, que rigen la razón de ser ,de nuestra humana nomenclatura.
Son estos los tiempos, y están dados los dos parámetros, donde nos tocara desenvolvernos en los secuenciales hitos de la vida actual. Veamos como nos va y seguimos conversando.Hasta luego queridos lectores y los invito a escribirme, como yo, mod
LO QUE VEMOS Y VIVIMOS ...
Por : Marcial Guillermo Pérez Herrera
Hola amigos, amigas, y enemigos ( si los tengo). Luego de tertuliar con Francisco, por Chat, en horas nocturnas, fuera de horas de trabajo, (como todo buen, obrero del intelecto, por cuenta propia) , de los vocablos difíciles, diríamos, algo rebuscados, para un talante directo, como es el periodismo, me dispongo a comunicarme con ustedes, pues, como saben, o de repente no, este es el medio por el cual, puedo expresar sentimientos, ideas, razones, o, de repente conceptos, que no están sometidos a censura, “ni controlados”, por fugaces y cuestionados empleadores o por las cortapisas de la ignorancia supina, de los que creen saber, lo que no saben, pero, están convencidos, que allí, reside la verdad absoluta, o, algo peor, la represión sociocultural contra todo aquello, que no expresa los intereses de los globales cortesanismos o subalternas actitudes ante el poder omnímodo e ilimitado de los Virreyes que manejan las esferas de la comunicación masiva. Por ello, agradecido por esta oportunidad hasta donde se puedan, de lo contrario, pasaré a las generosas enseñanzas de la “palabra del mudo”.
Bueno, con las disculpas del caso, por este introito, medio beligerante y biliar, paso a comentar las razones del titulo, que hoy preside el Pisando.
Son tiempos muy especiales, los que acontecen, se siente, se respira, se lee, en cada una de las esquinas de cualquier barrio, colonia, urbe en si de nuestras ciudades, mucha invitación al consumo, coloridas marquesinas, a cada rato y vuelta, expresivas miradas en los afiches luminosos que invaden, nuestra vista e imaginación, cuando viajamos en la faena diaria, sea en un cómodo auto, de alquiler o propio, hasta el mototaxi o algo parecido de nuestras distintas realidades (por ejemplo, el intrépido “motoconcho”dominicano, léase : transporte individual a bordo de una motocicleta), cuando no, a bordo de un lujoso o medianamente conservado trolebús o tren subterráneo. Es un mundo convulsionado por las disputas internacionales, de búsqueda y apropiación de mercados, intenciones de globalizar pensamiento, ideas y costumbres, al gusto de quienes detentan el capital trasnacionalizado, irreverente y violento, depredador de derechos laborales, atosigante en cuanto a presión sobre la vida de la gente y exigente con la espectacular y nunca soñada plusvalía que arrebata a nuestros pueblos, bolsillos y esperanzas. Es la lógica de la batalla ideológica, pero también de hecho, como el caso de IRAK, IRAN, Medio Oriente, Africa, entre otras, una parafernálica mezcla de racialismos armados, guerreros sofisticados, galacticas herramientas para matar sin ser escuchados, pero teñido de machetes desollando cuerpos o fusiles anticuados, barriendo por cientos a inocentes. El resultado, pues más poder acumulado, más sufrimiento de miles sin saber porque, hasta el punto, que la insensibilidad colectiva, sobre estos acontecimientos, se convierte en rezago matutino de algún medio de prensa o la fria costumbre de no percatarse, de nada, de lo que pueda pasar.
Es el momento de los fuertes, de la absoluta creencia, que debes arrasar al contrario, que los millones de pobres que pueblan este orbe, sólo significan, números amarillentos de una jornada estadística o un plausible informe decimonónico de cerebros neoliberales (Claro está muy bien remunerados). Que el narcotráfico es un mal, horrible, que debe combatírsele, pero, sin embargo, crece el número de consumidores de las más diversas y letales drogas, corroe mentes sin distinguir clases sociales, sólo que a unas le da placer inveterado, les disculpa su uso y les justifica sus efectos, y, a otras, las de muy abajo, les taladra el cerebro, destroza sus espíritu y aliena para siempre su existencia.
No estamos hablando de pesimismos inútiles, no, todo lo contrario, yo me considero creyente convencido de un mundo mejor, diferente, realizable, para ello lucho, envejezco y me golpeo, innumerables veces, contra las aspas del molino quijotesco; mas, no debemos cerrar los ojos, antes de iniciar nuevos tiempos, y, en el presente caso ser sincero en escribir lo que sucede. El pacto infame de hablar a media voz, hay que dejarlo a los cobardes, a los que lucran del dolor ajeno y a quienes venden diariamente sus fortalezas, cuando las tienen, y su talento, cuando lo enseñan, a los sórdidos y lóbregos actores del Poder irrelievante y apoltronado que nos gobierna y pretende dictaminar el origen, razón u marcha de nuestras vidas.
Ser un enamorado de la vida, es pelear, asi , pelear con énfasis, por no callar ante la perfidia de quienes traicionan sus promesas, de quienes en nombre de invertir destruyen almas, suelos, tierra, futuro; actuar con la verdad en la mano sin cesar aunque duela, disfrutar de lo bello que es la naturaleza pero bregar sin descanso para que no la destruyan los apóstatas del lucro irracional y vejatorio. Pero, junto con entrar al “cauadrilatero de la palabra”, también ser obra y permanente acción, siendo ejemplo con el ejemplo, “derecho”, como decimos los peruanos, no tambalear cuando hay que sostener una convicción, sobre todo, las que catapultan los sueños y esperanzas de las mayorías; no caer aunque te empujen, en el frivolo vaiven, de lo que te ofrecen, los agresivos patrones de un mundo ficticio, lleno de mágicas figuras de realización personal, egoísta y arrasadora, olvidando que es en la voluntad de creer en el ideal (pobre palabra, tan escupida por los sátrapas, de toda raigambre y hechura), compartir lo material con equidad y justicia, la solidaridad y el buen juicio, lo que , finalmente, nos hace dignos e imperecederos en el tiempo y en el espacio, categorías, que rigen la razón de ser ,de nuestra humana nomenclatura.
Son estos los tiempos, y están dados los dos parámetros, donde nos tocara desenvolvernos en los secuenciales hitos de la vida actual. Veamos como nos va y seguimos conversando.Hasta luego queridos lectores y los invito a escribirme, como yo, mod
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