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sábado, 29 de noviembre de 2008

PUNTADAS CON NUDO no.22: TOURAINE HABLA DEL "FINAL DEL SINDICALISMO"

Alain Touraine certifica el final del sindicalismo 'conocido' y pide acercarse a los movimientos sociales
El escritor e investigador de la Escuela de Altos Estudios de Ciencias Sociales de París, Alain Touraine, uno de los ideólogos de la antiglobalización, certificó el final del sindicalismo y de los movimientos obreros "conocidos", al tiempo que propuso a los sindicatos una aproximación a los movimientos sociales para "recuperar el acercamiento a la vida cotidiana" de las personas.
Touraine fue uno de los participantes en la mesa redonda 'Sindicatos, retos y cambios' que se celebró en el marco del diálogo 'Culturas del trabajo'. En este marco, aseguró que "el movimiento obrero conocido, con todo lo que le acompaña", como "el sindicalismo, las cooperativas o los partidos socialistas, se acabó".Esto es así, explicó, porque, en su origen, el movimiento obrero "significó una lucha de clases entre los trabajadores y los capitalistas", que se organizó "a partir del taller y de la fábrica" y que tuvo como continuación "una alianza entre los sindicatos y los partidos políticos", que "subió hasta la cúspide social a partir de 1945, con el Estado del Bienestar".Ahora, en cambio, lo que domina es la "globalización", que Touraine identificó con "una economía mundial que ya no está controlada por fuerzas políticas y sociales nacionales", sino que es "el reino del mercado incontrolado, que puede transformarse fácilmente en guerra y violencia".Para el escritor, una de las características relevantes de la globalización es que se trata de una economía "desocializada", abstracta.En este contexto, en que "estamos amenazados por fuerzas que están por encima de la sociedad, necesitamos fuerzas capaces de oponerse, que defiendan la subjetividad, los sujetos", en definitiva, las personas. El problema es que "los actores políticos y sociales cambian" y, si "los sindicatos fueron los actores principales" en la sociedad industrial, "ahora todos hablamos de la sociedad civil", entendida como "ONG, grupos ecologistas, feministas o de minorías étnicas".Los sindicatos, añadió Touraine, "no pueden ser el núcleo de las fuerzas opositoras" a la globalización, aunque estos mismos movimientos "tampoco pueden ganar sin los sindicatos, hay una necesidad de complementariedad".El escritor consideró, en contra de la opinión mayoritaria expresada en este diálogo, que "no creo que la globalización del movimiento sindical sea una buena respuesta, porque se apoya en leyes e instituciones nacionales, aunque es cierto que se necesita una organización mundial". El cambio básico, concluyó, es la necesidad de "acercarse a la base de los movimientos sociales, a la vida cotidiana de las personas".
EL FIN DE LOS SINDICATOS EN EE.UU.
La precaria situación de los sindicatos fue puesta de manifiesto también por otros ponentes de la mesa redonda. El norteamericano Barry Bluestone, de la Northeasten University de Boston, consideró que "en EE.UU, estamos a punto de asistir al fin del movimiento sindical".En 1945, en este país el 35 por ciento de los trabajadores estaban afiliados, mientras que ahora son el 13 por ciento, y sólo el 8,2 por ciento en el caso del sector privado. Entre los jóvenes, la cifra cae al 5,2 por ciento.Para salir de esta situación, Bluestone propuso "cambios radicales para aumentar el papel de los trabajadores en la gestión y en la toma de decisiones" de sus empresas, con presencia de "sindicalistas en el consejo de administración" y también "en cada una de las partes de la producción" donde se adopten decisiones. El nivel de participación de cada empleado en la toma de decisiones de su compañía quedaría especificado en su contrato.
ECONOMIA INFORMAL Y JÓVENES.
También el representante del Amsterdams Instituut voor Arbeidstudies, Jelle Visser, coincidió en el diagnóstico negativo. De los 3.000 millones de trabajadores que hay en el mundo, sólo 250 millones tienen carnet sindical.En la economía formal, reglada, el porcentaje de afiliación global es del 20 por ciento, llegando al 25 por ciento en América Latina y Europa, "y va mermando"."El primer problema para los sindicatos es la economía informal, las microempresas que a menudo son subcontratadas por grandes compañías, el servicio doméstico o los autónomos", confesó. Como ejemplo, en la India sólo el 1 por ciento de los sindicalistas procede de la economía informal, un sector que, en realidad, concentra el 80 por ciento de los trabajadores."Los sindicatos estamos presentes en un sector", la economía formal, "que cada vez es más pequeño".Otro punto negro de la acción sindical para Visser son los jóvenes. En Holanda, sólo el 6 por ciento de menores de 25 años está afiliado, en Francia es el 2 por ciento. "Los sindicatos no están en sintonía con las expectativas de los jóvenes", afirmó, por lo que "tenemos que tratar temas diferentes", abandonando el "excesivo énfasis" en las pensiones. También son precisos "sindicatos internacionales fuertes".

NUEVOS GRUPOS SOCIALES Y MOVIMIENTOS DE CAPITAL.

Para el Parlamentario y Sindicalista búlgaro Krastyo Petkov, es que los sindicatos "no han tenido en cuenta el surgimiento de nuevos grupos sociales", como los inmigrantes, los trabajadores que buscan trabajos temporales recorriendo Europa del Este o las minorías étnicas.También reclamó atención sindical a los nuevos movimientos de capital, como los "inversotes móviles", que acuden a los países de la Europa oriental para crear pequeñas empresas, "se están entre 10 meses y tres años y luego se van".

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