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viernes, 22 de mayo de 2020

Toni Negri sobre Gilles Deleuze, entrevista


Toni Negri sobre Deleuze, entrevista
3 noviembre, 2016 by Lobo Suelto

Algunos apuntes del filósofo y pensador italiano sobre el pensamiento de Gilles Deleuze.
 ¿En qué sentido Gilles Deleuze asume el marco postmoderno y, en el mismo momento, se sitúa más allá de él? Es decir, se opone a toda forma de debilitamiento del ser, de relativismo…
Creo que, en efecto, Deleuze va más allá de lo postmoderno en el sentido en que el concepto mismo de “post”, es decir, la transgresión de la crítica de lo moderno, es empujada hasta el redescubrimiento o la construcción de una imagen productiva del ser. Esto quiere decir que en Deleuze no hay sólo realización crítica de lo moderno –como estado o situación- sino también descubrimiento, la insistencia en una clave productiva que es irreductible. En el fondo, lo postmoderno es un modelo de subsunción general del ser en la circulación del ser, en la circulación de la significación. En Francia, en particular, donde la concepción de lo postmoderno es definida por primera vez, lo postmoderno es estructuralismo sin sujeto.

Y es cierto que el pensamiento de Deleuze se mantiene en el cuadro del estructuralismo, los bordes del pensamiento de Deleuze están completamente enraizados en la visión estructuralista del mundo,  pero este estructuralismo es un estructuralismo sin estructura , es decir, sin post-moderno. Existe en Deleuze una idea de productividad del ser, del deseo, que es verdaderamente el elemento que rompe con lo postmoderno en el mismo instante en el que lo plantea. Ésta es la característica fundamental del pensamiento de Deleuze.
Ser justamente, por un lado, un postmodernismo sin postmodernismo, un estructuralismo sin estructura, y por otro lado, la completa identificación de este impulso –y digo impulso porque no olvido nunca las fuentes bergsonianas del pensamiento de Deleuze- que convierte a este desarrollo de la dimensión del ser  en algo siempre abierto, siempre productivo. Yo no diría que en Deleuze no existe un cierto relativismo. Hay relativismo en el pensamiento de Deleuze, pero es un relativismo epistemológico que es siempre superado por lo absoluto –utilizo el término “absoluto” en el sentido de Spinoza- por el carácter absoluto del ser, del acto, que es completamente ético. En el último libro de Deleuze “Critique et clinique” hay un capítulo verdaderamente extraordinario en el que se reinterpreta el lenguaje de la “Ética” de Spinoza. Por primera vez, Deleuze habla del lenguaje del amor, del lenguaje del “percepto” como algo eterno. Y esto es, en mi opinión, lo esencial de Deleuze. El hecho de que acepta el horizonte en el que todas las posibilidades de la dominación se han realizado y que, sin embargo, es capaz de resaltar en todos los lugares y en el doble sentido –como elemento crítico y como elemento productivo- esta pasión del ser, de Dios, del Absoluto. 

Que la obra de Deleuze es una obra directamente política está fuera de duda. Él mismo lo expresaba en una entrevista que le hiciste cuando afirmaba: El Antiedipo es una obra de filosofía política.  Pero su obra es esencialmente otro modo de pensar en el que la diferencia ocupa el lugar del ser, el acontecimiento el lugar del sentido. La pregunta es: ¿hasta qué punto esta innovación en el pensar se traduce en un modo diferente de hacer política? O, de otra manera: ¿qué uso has hecho tú de ella?
Es totalmente cierto que esta otra manera de pensar es fundamental en Deleuze. Pienso en el hermoso artículo de Foucault sobre “Différence et Répétition” que se llama “Theatrum Philosophicum” que es absolutamente decisivo como interpretación del pensamiento de Deleuze. “Différence et Répétition” es el discurso del método de Deleuze sobre el cual se insertan después las grandes “signatures du monde” como llama Eric Alliez en un libro reciente muy interesante –pero en mi opinión con algunas limitaciones aunque esto es secundario- a los grandes libros “L’Antioedipe”, “Mille Plateaux” y quizá “Qu’est-ce que la Philosophie?”. Hay pues esta otra manera de pensar que se quiere profundamente antiplatónica, en la que el sentido del acontecimiento y de la singularidad, de la “haecceidad” se hacen centrales.
El cuadro que tenemos ante nosotros es el mismo al que antes me refería, es decir, esta imagen postmoderna de lo real que es animada por esa irreductibilidad de los procesos de subjetivación. Por tanto, hay una práctica de los procesos de subjetivación, lo que significa que el mismo modo en que se plantea la cuestión es muy importante. Deleuze rechazaría el hecho de hablar, por un lado, de un modo de pensar y, por otro, de un modo de actuar. Porque la imagen del pensamiento en Deleuze es ya un actuar, dado que justamente no existen estas mediaciones platónicas ideales y representativas entre acción y pensar. Lo que es absolutamente fundamental es la presencia del actuar en la definición del pensamiento.
No se puede definir un acontecimiento si no tenemos en cuenta su singularidad. Si se piensa el acontecimiento es necesario que la subjetividad esté ya en su interior, o que este acontecimiento se haya formado en el proceso de constitución permanente y continua de la subjetividad. La interacción o intercambio entre los niveles de conocimiento y de la práctica es total. Entre actuar y pensar existe una interfase activa. Desde este punto de vista, la concepción del mundo de Deleuze es una concepción maquínica que establece fundamentalmente una idea continua de hibridación del mundo de la subjetividad pensante y de la subjetividad actuante, de la cultura y de la naturaleza, de la historia y de la máquina física, del significante y del significado. Una gran parte del trabajo hecho por Deleuze y Guattari es precisamente un intento constante de definición de esta especie de materia viva, jamás primordial, siempre organizada según niveles crecientes de complejidad y, en cuyo interior, la relación entre pensar y actuar se hace un continuo. ¿En qué sentido todo esto puede servir a la política? ¿O en qué sentido me puede haber servido a mí y a mis compañeros?

La concepción del mundo de Deleuze es una concepción maquínica que establece fundamentalmente una idea continua de hibridación del mundo de la subjetividad pensante y de la subjetividad actuante, de la cultura y de la naturaleza, de la historia y de la máquina física, del significante y del significado.
Yo creo que, en realidad, hoy es imposible definir lo político si no es como la forma en que la integralidad de la vida humana se da. Y cuando digo vida humana me refiero a la historicidad, a los complejos maquínicos que unen la historicidad a la naturaleza, hablo de la metamorfosis continua que reúne la humanidad en una transformación y en una consolidación. Todo esto es lo político. Pues bien, hay que gestionar este proceso. La política no es ni más ni menos que el proceso de subjetivación en tanto que proceso global, colectivo. Por tanto, desde este punto de vista, si se piensa la política como representación está claro que nos separamos del pensamiento de Deleuze. Si se piensa la política como consecuencia del pensamiento, incluso cuando es una consecuencia unívoca o directa, también estamos fuera de Deleuze. La única manera de pensar la política para Deleuze sería pensarla como englobando todos los procesos de subjetivación. Procesos de subjetivación que son individuales, colectivos, que viven siempre en el interior de una complejidad productiva e interaccionante. Y eso es lo político. Lo político es el momento más alto de la ética. Lo político, en Deleuze, es la capacidad de afirmar la singularidad en tanto que absoluta.
Yo creo que, en realidad, hoy es imposible definir lo político si no es como la forma en que la integralidad de la vida humana se da.
Indudablemente la crítica que lleva a cabo Deleuze de la representación, del sujeto es esencial y definitiva. A esta crítica hay que añadir indisolublemente su descubrimiento de la multiplicidad, de las singularidades que pululan en el plano de inmanencia. La cuestión sería: ¿Qué destino les aguarda a estas singularidades cuando aparecen desvinculadas de toda forma de contrapoder? Esta ausencia de desarrollo político no debería conducir a privilegiar una práctica política de minorías frente a una de masas. Lo digo pensando en la distinción que Deleuze establece entre minorías y mayorías cuando afirma que lo que está en juego no es un problema numérico.
Estoy bastante convencido de que en el discurso político de Deleuze el problema fundamental es el de comprender los espacios expansivos de la resistencia. Esto quiere decir que la singularidad es definida siempre como resistencia. Los procesos de singularización, la formación de la subjetividad, es siempre la afirmación de una potencia de resistencia increíble. ¿Qué es en el fondo la subjetividad? Deleuze juega siempre con la imagen de las habitaciones vacías, pero que son el contexto de la subjetividad. Habitaciones que están delimitadas pero que pueden siempre plegarse, tomar otras formas y llenarse de este modo de sí. Y es esta relación entre la delimitación y la resistencia que estos procesos de subjetivación determinan, la construcción de estos pliegues, de estas estrías de subjetividad sobre el terreno liso del ser dado, lo que constituye la expansión de la resistencia.
Estoy bastante convencido de que en el discurso político de Deleuze el problema fundamental es el de comprender los espacios expansivos de la resistencia. Esto quiere decir que la singularidad es definida siempre como resistencia. Los procesos de singularización, la formación de la subjetividad, es siempre la afirmación de una potencia de resistencia increíble.
Lo que quiero decir es que la resistencia no es un fenómeno que pueda ser en Deleuze encerrado en la negatividad. La dimensión del deseo, por ejemplo. La dimensión positiva de la interacción global de todos los elementos que viven en esta superficie del mundo determina cada vez en la resistencia una dimensión positiva, una dimensión agresiva, una dimensión constitutiva del ser. Lo que es impresionante en el discurso deleuziano es justamente el hecho de que solamente la resistencia es constituyente. Sólo el punto más extremo de afirmación de las condiciones de los procesos de subjetividad es creativo.
Así, desde este punto de vista, yo no hablaría de defensa de las minorías y eliminación del concepto de masa o de mayoría. El problema consiste en que no puede haber ni masas ni mayoría si una y otra no están llenas de resistencia.  En Deleuze hay un horror al vacío que es tan grande como el que existía en Foucault.  El vacío no existe. Existe sólo lo lleno. Y este lleno puede estar delimitado por el vacío, pero es un vacío exterior y desontologizado, óntico. Por tanto Deleuze no está contra la mayoría o contra las masas. Quiere que los movimientos de masa sean movimientos de subjetivación, quiere que las masas sean como un océano del cual se puedan apreciar todas las gotas. Todas. Su trabajo no es el de negar el océano, sino de trabajar siempre por la constitución y la definición de los niveles de transversalidad, de las posibilidades más complejas, de los dispositivos [agencements] más complejos y difíciles que pueden determinarse en la constitución de estas masas. Desde un punto de vista filosófico la posición de Deleuze es la de una ontología unívoca de un ser expresivo y creativo. Es una bomba explosiva, inmanente. No hay nada diferente, tan sólo la negatividad de los otros.
Spinoza y Nietzsche son dos de los autores fundamentales en los que Deleuze se apoya. Ciertamente es difícil decir cuál de los dos juega un papel más importante en su obra. ¿Crees que la influencia de Nietzsche que produce en definitiva un concepto de crítica como afirmación (“Amor fati…”) tiene que ver con una cierta ambivalencia, con un cierto borrarse el antagonismo que pudiera existir en Deleuze?
Nietzsche y Spinoza, con formas totalmente diferentes en su exposición, han admitido lo que te decía en la anterior pregunta. En Spinoza es clarísimo y me remito de nuevo a este último artículo de Deleuze al que me refería. ¿Y en Nietzsche? Hay que leer con atención a Nietzsche porque su “Amor fati”, su Eterno Retorno determina un desplazamiento que se convierte en singularidad. ¿Qué el antagonismo se borra? Si se entiende el antagonismo como el enfrentamiento entre dos fuerzas positivas, como un antagonismo dialéctico –en el fondo la clase obrera era una parte del capital, el capital variable justamente- ese antagonismo considerado como algo que se articula en un plano dialéctico implica obligatoriamente una solución representativa. Es evidente que en Deleuze todo esto se viene abajo.
 La sola posibilidad es construir sobre la resistencia, pero no hay que reducir esta idea a una idea anarquista y antigua de aislamiento.  Estamos ante fenómenos que constituyen el ser, que realizan el ser posible. Existe esta dimensión  de totalidad curiosamente invertida pues la totalidad es ahora negada en tanto que concepto. Pero, en el mismo momento en que la niegas en tanto que concepto, se convierte en real, lo que quiere decir es mucho más fuerte. Cuando uno piensa, por ejemplo, en el carácter absoluto de la democracia que defiende Spinoza. Democracia es ese carácter absoluto de la “multitudo” formada por individuos que se hace real. Hay que empujar hasta el final la negación de todos los procesos de representación, de representación epistemológica o metafísica, para llegar a comprender este paso esencial de la construcción del ser como un ser positivo. Y en este punto, en concreto, critico todas las posiciones que empujan la negatividad hasta su identificación. Consideremos el caso de Giorgio Agamben.
Agamben ha publicado un pequeño texto sobre Bartleby de Melville y Deleuze en su último libro también. Es completamente evidente la diferencia que hay entre un pensamiento negativo a la Agamben, que llega con su potencia enorme a la definición de esta primera fundación del ser o si quieres negación de su fundación, pues el límite es sumamente ambiguo y equívoco, y por otro lado, la posición de Deleuze, que conlleva una positividad extremadamente extraña y plena.
Deleuze como persona es poco conocido. Cuando la Guerra del Golfo fue uno de los pocos pensadores franceses que públicamente se opuso a ella. ¿Podrías decirnos algo más acerca de su vida?
Deleuze es un auténtico izquierdista.
Deleuze es un auténtico izquierdista. Sus actividades políticas han sido siempre totalmente coherentes y continuas. Desde la Guerra de Argelia en la cual no participó porque estaba enfermo y frente a la cual mantuvo una posición radicalmente en contra, hasta los años 60-70 en los que se pronunció desde un principio a favor de los estudiantes. Posteriormente participó junto a Foucault en las luchas a favor de los presos que llevaron a cabo unos comités revolucionarios. Después, la posición política quizá más curiosa y divertida, es cuando Deleuze participó en la candidatura a favor de Coluche a la presidencia de la República. Coluche era un payaso muy conocido que llegó a recoger hasta el 30% de los votos en los sondeos. Posiblemente fue uno de los momentos más álgidos políticamente hablando de burla e irrisión del sistema político en Francia.

*Por Santiago López Petit publicado en Lobo suelto!


jueves, 14 de mayo de 2020

Proyecto de Ley 5095 Reforma Integral Del Sistema de Pensiones Ejecutivo al Congreso de la República el 29 de Abril 2020


PRESENTADO POR EL PODER EJECUTIVO AL CONGRESO DE LA REPÚBLICA , el 29 de Abril 2020
Miércoles, 13 de Mayo de 2020

El Congreso de la República archivó el proyecto de ley que días atrás el Ejecutivo propuso, cuyo objeto era crear una comisión mixta que plantee la reforma integral del sistema de pensiones, tanto público y privado. El Premier Vicente Zevallos, manifestó que la disposición del Legislativo se realizó sin ninguna profundización de los alcances de esta iniciativa legal.


Reflexiones al Paso 58:El COVID 19 y la Radiografia Crítica de Nuestra Realidad

Por : Guillermo Pérez Herrera 
14 de Mayo del 2020 
Lima-Perú
 ¡A 60 DIAS DE CUARENTENA OBLIGATORIA! 

jueves, 16 de abril de 2020

martes, 14 de abril de 2020

Coronavirus: 5 efectos devastadores que la pandemia tendrá en las economías de América Latina (y 1 motivo para la esperanza)

Coronavirus: 5 efectos devastadores que la pandemia tendrá en las economías de América Latina (y 1 motivo para la esperanza)

ColombiaDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionLa caída del precio de las materias primas y de los alimentos tendrá un impacto importante en América Latina.
Esta crisis económica es distinta a las que conocíamos hasta ahora.
Como si se tratara de un huracán que amenaza con subir a categoría 5 en algunas partes del mundo, América Latina está comenzando a recibir el impacto.
Las proyecciones apuntan a que inevitablemente algunas empresas irán a la bancarrota y subirá el desempleo en medio de una crisis catalogada como "la peor desde la Gran Depresión de 1929".
Sin embargo, la mayor parte de los países de la región han activado planes de emergencia, están negociando ayudas financieras y utilizando todas las municiones disponibles para enfrentar lo que se viene.
"Existe una ventana de oportunidad en el largo plazo", dice Daniel Titelman, director de la División de Desarrollo Económico de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
En entrevista con BBC Mundo, el economista explica cinco efectos graves que la pandemia tendrá en las economías de la región y responde al desafío -nada fácil- de buscar una noticia positiva dentro de un panorama bastante desolador.
1-Desplome económico de sus principales socios comerciales: China y Estados Unidos
Personas esperando donaciones de comida en California, Estados UnidosDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionLa crisis en Estados Unidos hace que en lugares como California la gente haga fila para recibir comida.
Los principales socios comerciales de la región son China y Estados Unidos. Como estas economías están en serios apuros por la pandemia, Latinoamérica recibirá el golpe de frente.
El descalabro económico en Estados Unidos afecta a toda la región, pero especialmente a México y Centroamérica a través del comercio, pero también con las remesas.
Y lo que ocurra en China también se siente de inmediato, porque es el socio más importante de muchos países de Latinoamérica y uno de los principales compradores de materias primas.
2-Caída de los precios de las materias primas
La baja en el precio de las materias primas está afectando las arcas de muchos países de la región.
A la caída de los precios de los minerales -como cobre y hierro- se suma la disminución en el precio de alimentos como la soja, el maíz, las carnes y los cereales.
Y el que se ha robado el protagonismo en lo que va del año es el petróleo.
Instalación petrolera, Pemex, MéxicoDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionHa caído el precio del petróleo, así como de minerales y alimentos exportados desde América Latina.
No solo por el efecto coronavirus, sino por la guerra de precios entre los países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) liderados por Arabia Saudita y Rusia.
El conflicto hizo que el precio del barril bajara a niveles históricos llegando a cerca de US$20 a fines de marzo, el mínimo en los últimos 18 años, afectando directamente a países como Colombia, Venezuela, Ecuador y México.
Las proyecciones apuntan a una recuperación del precio luego que las partes llegaran a un acuerdo para disminuir la producción.
La caída del precio de las materias primas provoca menos entrada de dólares por exportaciones a la región y pone en jaque las arcas públicas.

3- La interrupción de las cadenas de producción a nivel global

"Como el mundo se cerró, hay una interrupción de las cadenas de suministro", explica Titelman.
Las partes para fabricar un producto se hacen en distintos países. Así se arma una cadena entre las distintas empresas que proveen los componentes a quien ensambla el producto final.
Cuando eso se interrumpe, muchas de las empresas de un país se quedan sin la posibilidad de seguir produciendo, porque no tienen los insumos que necesitan.
Fábrica de autos en MéxicoDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionSi las empresas no pueden conseguir las partes que requieren para fabricar sus productos se paraliza la producción.
"El grueso del comercio mundial es de insumos que se venden las empresas entre sí, más que los bienes finales que compra el consumidor", apunta Titelman.
Con la crisis por la pandemia, los países más afectados por la interrupción de estas cadenas son México y Brasil, cuyos sectores manufactureros son los más grandes de la región. Por ejemplo, el sector automotriz en México.
4-Menor demanda de servicios turísticos
La menor demanda -y en algunos casos la nula demanda- de servicios de turismo, está dejando sin oxígeno a países que dependen de esta actividad.
Es el caso de varios países, como México, República Dominicana o Cuba.
Una mujer con un teléfono frente a un tablero de aeropuertoDerechos de autor de la imagenAFP
Image captionLas grandes aerolíneas del mundo se han visto obligadas a dejar en tierra gran parte de su flota de aviones.
5-Fuga de capitales y devaluación de las monedas
Latinoamérica ya estaba con altos niveles de endeudamiento antes de que llegara la pandemia.
Ahora, las deudas públicas de los países han comenzado a dispararse a medida que la actividad económica se ha ido paralizando.
La recesión que está sacudiendo al mundo ha provocado históricas caídas de las bolsas y pánico en los inversores.
"La gente se asusta y busca refugio, llevándose los capitales a lugares más seguros, como los Bonos del Tesoro de Estados Unidos", dice Titelman.
Hombre con pesos mexicanosDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionHay una fuga de capitales de la región y una profunda devaluación de las monedas.
Como suele ocurrir en tiempos de crisis, se produce una fuga de capitales porque los inversores no quieren correr riesgos. Y eso es precisamente lo que ha estado pasando en la región.
"Los capitales están saliendo de América Latina como nunca antes habíamos visto", agrega el economista.
"Cuando más necesitas financiamiento, se te está yendo".
La salida de dólares ha empujado una gigantesca devaluación de las monedas en lo que va de año, con espectaculares caídas del real brasileño, el peso mexicano y el peso colombiano.
Y como la mayor parte de la deuda pública de los países de Latinoamérica está en dólares, el efecto es muy negativo.
Un motivo para la esperanza
No es nada fácil encontrar un efecto positivo en medio de las devastadoras consecuencias económicas de la pandemia.
Sin embargo, Titelman dice que "existe una ventana de oportunidad en el largo plazo".
Esta crisis, explica, "hará que el mundo se replantee nuevos modelos de desarrollo donde el papel del sector público tendrá que ser mayor al que tenía en los últimos 30 o 40 años".
Esta crisis provocada por la pandemia ha dejado en evidencia la falta de protección social, el deterioro de los sistemas públicos de salud y la desigualdad en la región.
Personas caminando en EcuadorDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionLa crisis podría propiciar un papel más protagónico del sector público.
"También vendrá un mayor cuestionamiento al modelo de globalización", apunta Titelman, algo que puede impulsar cambios positivos en el sentido de cómo hemos venido haciendo las cosas.
Otros economistas también destacan que mientras algunas empresas perderán la batalla en medio del caos, otras capitalizarán nuevas oportunidades comerciales.
Y a nivel de las personas, dado que la crisis provocará cambios importantes en la manera en que trabajamos, compramos, viajamos y convivimos, también surgirán oportunidades cuando se calmen las aguas.
Lo que no sabemos es cuánto tiempo falta para que pase la tormenta.
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